LA HOJITA
En el gran
bosque, sobre el enorme roble, en el extremo de una rama, una hojita se
balanceaba, se balanceaba suavemente. Era de un hermoso color verde y brillaba
tan fuerte al sol, tan fuerte, que los pájaros la admiraban al rozarla con sus
alas; las ardillas, que acudían a roer las bellotas que caían al suela en
otoño, levantaban los ojos había ella. Y también el zorro se había fijado en
ella en medio de todo el follaje. Era la hoja más bonita de todo el bosque. La
primavera paso y el verano se volvió rápidamente con la llegada del otoño. Poco
a poco, el color de la hojita cambio, el hermoso verde desapareció, se volvió
amarilla y después marrón. Pero seguía brillando cuando los rayos del sol la iluminaban,
y todos continuaban admirándola. Por desgracia, un día, el viento soplo, soplo
tan fuerte que se llevo a la hojita. La hizo volar más allá de los abedules, más allá de los
grandes robles. Primero la hojita tenía mucho miedo, mucho, mucho miedo. Pero
el viento soplo con menos fuerza y suavemente, suavemente a depositó sobre una
mullida alfombra de musgo en el corazón del bosque, en un rincón bien
protegido. Tan protegido que, todavía, si te pasas por el bosque del gran
roble, puedes ver sobre una alfombra de musgo, bajo los grandes árboles, una hojita
marrón que brilla muy fuerte, muy fuerte al sol.
Muy bonita esta entrada, tiene magia, Ana María.
ResponderEliminarHace tiempo que andaba extraviada de vacaciones y más.
Les invito a leer un cuentito en mi blog "Dulcineas" espero les guste.
Besitos para todos.
Feliz semana.